Uno de los términos más conocidos de todo el patrimonio de la India que más tarde se hizo habitual también en el mundo occidental. Deriva de la raíz sánscrita yuj (subyugar,unir) por tanto significa disciplina del cuerpo físico, del cuerpo mental, pero también unificación, unión espiritual, meditación profunda, concentración, interiorización. Los orígenes del Yoga remontan a la época del Valle del Indo, de la que incluso tenemos hallazgos arqueológicos. En los primeros siglos de nuestra era, surgió lo que comúnmente se denomina Yoga clásico, codificado con uno de los seis darsana (puntos de vista) del pensamiento filosófico hindu. Gracias al trabajo de recapitulación por parte de Patanjali, todo lo que se transmitía de boca a oído, sólo por vía oral,por fin fue escrito en la obra Yoga Sutra (aforismos del Yoga); definen y exponen los principios fundamentales del Raja Yoga (Yoga Real) o Ashtanga Yoga (Yoga de las ocho partes/miembros). Ocho son los temas que componen este Yoga Real: Yama (frenos), Niyama (observaciones), son los dos primeros puntos y representan la primera etapa del itinerario. Seguido de: Asana (modelos posturales que se logran el el tiempo con la práctica, hasta el mantenimiento gradual en la inmovilidad meditativa), Pranayama expansión/integración del prana (energía/fuerza vital) en cada uno de los cinco cuerpos que nos componen, Pratyahara (retirada de los sentidos/nutrición desde dentro), Dharana (atención/concentración unidireccional), Dhyana (estado natural del ser y del estar, surge espontáneo desde y con su propio tiempo), Samadhi (estado de linear, imperturbable y ininterrumpido equilibrio). El silencio, no sólo entendido como la ausencia del habla, sino como una parte integral de la práctica, es Yoga.